Daiana Garnica desapareció el 6 de mayo del año pasado luego que se encontrara con un vecino, Darío Suárez, quien le pidió que la acompañara, sin avisar a nadie, a comprar un regalo. Daiana antes de salir comunicó a su mamá de la salida y dejó cargando el celular.
A Daiana su familia comenzó a buscarla desde un primer momento ya que Suárez volvió solo al barrio en menos de una hora. Frente al pedido de explicación negó haberse encontrado con Daiana y fingió preocupación.
Esa misma noche la familia de Daiana fue a la Comisaría de Alderetes a realizar la denuncia y a primera hora del 7 ya estaba en la Fiscalía de Turno. El mismo 7 comenzaron los allanamientos dispuestos por el fiscal Claudio Bonari y se detuvo a Suárez y a algunos de su entorno. Sin embargo, dos jueces subrogantes del Juzgado de Instrucción N°5, Víctor Manuel Rougés y Marcelo Mendilaharzu fueron denunciados por el fiscal, uno porque no se encontraba en su despacho para autorizar las medidas y el segundo porque tuvo comunicación con una de las imputadas (Victoria Melián). Desconocemos que explicación dieron estos jueces y qué medidas se tomaron para investigarlos.
Pese a la celeridad de las primeras medidas, incluso se llegó a desarmar un horno de la cortadera donde trabajaba Suárez, no se encontró ningún rastro de Daiana. Se trajeron perros rastreadores de Bahía Blanca (a los 12 días de la desaparición) con los que se pudo obtener algunos datos.
El fiscal se inclinó por la hipótesis de homicidio sin escuchar a la familia de Daiana que aportó numerosos datos en dirección a la actuación de una red de trata. Recién se comenzó a investigar esta línea cuando la familia hizo la denuncia en la Justicia Federal. Comenzó una investigación paralela pero se perdieron varios meses y principalmente momentos vitales de la investigación.
Recién en noviembre por un fallo de la Cámara de apelaciones, que respondía a un pedido de nulidad de la causa realizado por la abogada de los acusados sobre la base de los allanamientos realizados sin autorización de los jueces de turno ya mencionados, se planteó que no había elementos suficientes para probar que Daiana fue víctima de un homicidio y requirió que se remitan copias de la causa a la Justicia Federal para que se investigue si fue víctima de una red de trata de personas. Se ordenó también la libertad de todos los detenidos a excepción de Suárez.
Si bien este fallo fue un avance porque planteó que debía investigarse la hipótesis de trata, introdujo que Daiana se podría haber ido por cuenta propia. Toma como dato los supuestos dichos de un policía federal "anónimo", declarado por el antiguo abogado que representaba a la familia de la joven, que habría a Daiana embarazada en un hospital. Sin ningún tipo sustento real este dato es utilizado por los jueces para tender un manto de duda sobre Daiana.
El caso de Daiana demuestra, vez más, que las redes actúan bajo la complicidad de funcionarios y poderosos. En las comisarías se niegan a tomar las denuncias en las primera horas, recién por insistencia de los familiares lo hacen. En la provincia no hay un equipo ni infraestructura para la búsqueda de personas. Recientemente se creó una Oficina de Búsqueda de Personas Extraviadas que además de funcionar solo durante la mañana elige hablar de personas extraviadas como si fuese un problema de personas perdidas.
A 1 año de las desaparición de Daiana seguimos la lucha por su aparición con vida y reivindicamos el camino de lucha recorrido por su familia y de denuncia de la responsabilidad del Estado. Decimos #DevuelvanADaiana
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